April 2017Focus2017Narcotics Trade

Focus on the Narcotics Trade: Ecuador

By Felipe Bueno
Staff Writer

Ecuador has long been situated between juxtaposed worlds. It is a product of Spanish and Native American cultures, a gateway between the northern and southern hemispheres, and between the two largest cocaine producers in the world. Though Ecuador does not produce cocaine, its location made it a drug corridor for Peru and Colombia.

According to a 2015 United Nations International Narcotics Control Board report, cocaine seizures in Ecuador rose by over 252 percent from 2010 to 2015.  Additionally, former Director of Military Intelligence Mario Pazmiño said that maritime trafficking routes increased by 90 percent from 2005 to 2012, according to La Hora.

The U.S. and Central America are common destinations for cocaine trafficked through Ecuador. In early February of 2016, the Ministry of Interior reported the seizure of an Ecuadorian vessel carrying nearly 1,800 pound of cocaine destined for Florida. In the same month, Ecuador’s antinarcotics division seized over 1,400 pounds of cocaine off the coast of Santa Elena that were headed for Central America.

Cocaine is smuggled into Ecuador where it is shipped out of Guayaquil, the country’s largest port city, and sold abroad.

Ecuador is especially important to drug cartels because it uses the American dollar. This allows drug money that has been trafficked into the region to be laundered into the world’s most useful currency very easily. When individuals in the U.S., El Salvador, or Panama purchase cocaine, the dollars they use for payment do not need to be converted to another currency, and lose no value.

The Ecuadorian government has launched a series of crackdowns on drug runners following this increase in sales. In an attempt to treat the problem’s source, President Rafael Correa deployed 10,000 troops to the Colombian border to police the area and combat foreign narcotics groups, said Insight Crime.

Mr. Correa stated that the border is “the gravest security problem facing the country, a hot frontier with organized crime, drug trafficking, irregular groups, FARC, and paramilitaries.”

Despite this initiative, Ecuador has recently denied accusations that its public institutions exacerbate the problem. In its 2016 International Narcotics Control Strategy Report, the U.S. State Department suggested that “weak public institutions, permeable borders, and corruption,” make Ecuador vulnerable to transnational organized crime.

The Ecuadorian Ministry of Internal Affairs rejected the “whimsical” report, and Regional Police Chief Eduardo Mancayo said that domestic investigations showed no such links, reports El Comercio. Whether or not domestic police reports conflict with U.S. findings, the disagreement and rhetoric with which they were published highlights the increased strain in diplomatic tension between the two countries.

En espanol:

Desde hace mucho tiempo, el Ecuador ha sido situado entre mundos yuxtapuestos. Es un producto de la cultura española e indígena, una puerta entre los hemisferios del norte y el sur, y está situado entre los dos mayores productores de cocaína del mundo. Aunque el Ecuador no produzca su propia cocaína, su ubicación lo ha convertido en un corredor de drogas para Perú y Colombia.

Según un reportaje de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de las Naciones Unidas de 2015, las incautaciones de cocaína en el Ecuador aumentaron por más de 252 por ciento desde el 2010 al 2015. Además, el ex Director de Inteligencia Militar Mario Pazmiño dijo que las rutas de tráfico marítimo aumentaron un 90 por ciento entre 2005 y 2012, reporta La Hora.

Los Estados Unidos y América Central son destinos comunes para la cocaína traficada a través del Ecuador. A principios de febrero del 2016, el Ministerio del Interior reporto la incautación de un bote ecuatoriano que transportaba casi 1.800 libras de cocaína destinadas a la Florida. En el mismo mes, la división antinarcótica del Ecuador capturó más de 1.400 libras de cocaína frente a la costa de Santa Elena, que se dirigían hacia Centroamérica.

La cocaína se introduce de contrabando en el Ecuador, donde es transportada fuera de Guayaquil, la ciudad portuaria más grande del país, y se vende en el extranjero.

El Ecuador es especialmente importante para los cárteles de droga, por su uso del dólar Americano. Esto permite que el dinero del narcotráfico que ha sido traficado en la región sea convertido con facilidad a la moneda más útil del mundo. Cuando individuales en los Estados Unidos, El Salvador, o Panamá compran cocaína, los dólares que usan para pagar no necesitan ser convertidos a otra moneda, y no pierden su valor.

El gobierno ecuatoriano ha lanzado una serie de medidas de represión contra los traficantes de drogas tras este aumento en las ventas. En un intento por tratar a la fuente del problema, el presidente Rafael Correa desplegó 10.000 soldados a la frontera colombiana para vigilar la zona, y combatir a los grupos extranjeros de narcóticos, dijo Insight Crime.

Correa afirmó que la frontera es “el problema más grave de seguridad que enfrenta el país, una frontera caliente llena de crimen organizado, el narcotráfico, grupos irregulares, las FARC y los paramilitares”.

A pesar de esta iniciativa, el Ecuador ha negado recientemente las acusaciones de que sus instituciones públicas exacerban el problema. En su Informe sobre la Estrategia Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de 2016, el Departamento de Estado de los Estados Unidos sugirió que “las instituciones públicas débiles, las fronteras permeables y la corrupción” hacen que el Ecuador sea vulnerable a la delincuencia organizada transnacional.

El Ministerio del Interior ecuatoriano rechazó el informe “caprichoso”, y el jefe de la Policía Regional Eduardo Mancayo dijo que las investigaciones domésticas no mostraban tales vínculos, informa El Comercio. Tanto si los informes de la policía interna están en conflicto con los hallazgos de los Estados Unidos, el desacuerdo y la retórica con que fueron publicados son una manifestación del aumento de tensión diplomática entre los dos países.


Editor’s Note: The opioid epidemic knows no borders. To highlight this, our writers covered the narcotics trade in their native countries, with their native tongues.

Felipe Bueno

FELIPE BUENO is a senior at Seton Hall University double majoring in Diplomacy and International Relations and Economics, with a minor in French. He currently works as an Intern at Business Insider editorial. Previously, Felipe worked as an intern at the Modern War Institute at the United States Military Academy at West Point.

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